Nelly Láinez, fue una actriz cómica nacida en Buenos Aires el 11 de enero de 1920.
Tuvo destacada participación en cine, radio y televisión.
En este blog, que es un homenaje a su talento natural, simpatía y desparpajo, encontrarás divertidas anécdotas de su vida personal y partes de su historia artística.
Nelly falleció el 30 de mayo de 2008, pero su recuerdo perdura en miles de argentinos.
Este año de 2020 se cumplen 100 años de su nacimiento.










domingo, 25 de octubre de 2009

UNA SIMPLE COMPLEJIDAD -capítulo15-






La Láinez, no tenía muchos amigos dentro del ambiente artístico, siempre pensé que no le costaba relacionarse con la gente, pero que su dificultad residía en mantener esos afectos. Cada día aparecía alguien en su vida, pero también cada día desaparecía otro. Daba lo mismo que fuese el plomero, o el presidente; por algún motivo o por otro las relaciones no se prolongaban en el tiempo. Nuestra amistad duró mas de diez años, todo un logro, aunque con un distanciamiento en el medio. La última vez hablamos por teléfono, pero nunca más la llame. Un par de años después me avisó que había fallecido Hugo Storni y me preguntó si quería que nos viésemos, pero mi ascendente en mula me lo impidió. Creo que en algo nos parecimos, cuando un afecto se interrumpe no lo podemos retomar por mas que el motivo de la separación haya sido superado. En su caso preferí quedarme con el tiempo bueno compartido porque de habernos visto habría aflorado lo pendiente. Hace poco me entere que estaba en un geriátrico a cuatro cuadras de casa, fui pero no me dejaron verla, llame otras pero sin resultados. Nunca supe si no quería recibir visitas o eran cosas de las empleadas del lugar. No insistí.
Todavía conservo sus regalos, muy al estilo Láinez: un mantel de plástico reversible, algunas pelucas, una alcuza con alcohol de quemar para encender el horno, corbatas de los años sesenta. Su pasión era comprar cosas bastante kitsch y su favorito un velador dorado con pantanlla de opalina -imitación de uno antiguo-.
-Fijate nene, ahora paso y le toco la base.
-Si, si, se prendió.
-Fijate ahora paso y lo toco de nuevo.
-Aja, se apagó, ¿que tiene de raro?
-¡Que no tiene perilla! Si te gusta, te regalo uno.
-No gracias Nelly no me parece muy lindo.
-¿Te acordas que antes para los casorios la gente regalaba veladores?... ¡Al final los novios tenian como veinte veladores y en la noche de bodas lo que único que querían era estar a oscuras!
Sus idas y vueltas en ese pequeño departamento siempre eran motivo para prender y apagar el velador.Un dia me tenía tan cansado con la demostración que le aflojé la lamparita.
Por aquellos años me enseñó a interpretar y tirar las cartas con un mazo macheteado, pero jamás pude memorizar sus significados, aun hoy cuando lo hago para algún amigo o para mi mismo me guío por su letra pequeña escrita arriba de cada figura.
Le encantaba que hiciera de pitoniso y le anunciara el futuro especialmente si tenia una entrevista con algún productor en algún canal.
Fui, creo yo, un amigo oculto de esos que no se exponen, porque nunca me pidió que la acompañara a ninguna reunión que tuviese que ver con el espectáculo, esos lugares los ocupaban generalmente su vestuarista o alguna relación del ambiente. Tampoco me nombró en sus reportajes cuando le preguntaban por sus amigos, pero esto nunca me molesto, recién me di cuenta con los años como particularidad de su personalidad. Del mismo modo nunca nombró públicamente a Fito -su hermano- ,o sus medio hermanos Clara y David ni a su sobrinas Adriana y Mabel, la excepción fue Raquel, su mamá. Para el público era extravagante, disparatada y extrovertida. Yo creo que era insegura porque se escudaba en los personajes, necesitaba que le confirmen si había estado graciosa, tenia miedo de perder los trabajos por eso se tiraba a menos para no tapar al protagonista.
Siempre contaba los dichos de un capo-cómico, quien le había advertido de muy mal modo:"Mira Nelly, vos serás muy graciosa, pero acá la estrella soy yo".
Por ejemplo, si la invitaban a un programa de televisión donde había cómicos, se resistía por todos los medios, y tengo grabado uno de los almuerzos de Mirtha Legrand con las caras de disgusto que yo le conocía muy bien. Más de una vez me decía "Nene llama a este programa y decí que estoy enferma", sus faltazos incluso llegaron a privarla de subir a recibir su merecido segundo Martín Fierro. Yo le decía que no dijera tanto que estaba enferma, porque no la iban a llamar para trabajar, pero se reía y seguía excusándose.
Debo de reconocer que a veces su salud tambaleaba un poco: su operación de la vista fue muy delicada y la presión alta. Bueno, la presión era consecuencia de su glotonería porque se acordaba de ella después de bajarse media torta de pastelera con frutillas. El día que compraron el tensiómetro empezaron a practicar con mi brazo hasta que casi me lo hacen estallar.
Tampoco era de disimular, cuando lo veía al marido con mal semblante decía a boca de jarro: "Che, ¿no lo ves pálido a Hugo?" y al rato caía la ambulancia que llamaba con premura. Creo que se conocía a todas las emergencias, incluso había inscripto a la perra en el servicio de emergencias del Kennels, dato que aporté con sumo agrado sin saber de las idas y venidas que ocasionaría a los veterinarios; no creo que haya sido por ella, pero finalmente la empresa se fundió.

-fotos Almorzando con Mirtha Legrand, personaje La Josefa-

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