
“…….. Una también va aprendiendo de la experiencia de los otros. Había una actriz muy conocida en su época - bueno la voy a nombrar porque total lo que voy a contar no es nada grave- se llama Yuki y éramos muy amigas. Resulta que el marido se había tomado la costumbre de traer todas las noches a un amigo para tomar un aperitivo. Pero como el tipo resulto ser muy pícaro no se iba a la hora de la cena, así que Yuki obligatoriamente lo invitaba a comer. Fue pasando el tiempo y mi amiga hartándose del invitado al que debía atender, exigida por su marido.
Entonces ella que era una piola bárbara, una noche cambio su cara de culo por una atención especial al tipo, pero nada de bolilla a su marido.
Apenas llegaba el hombre le sacaba el saco, le prendía un cigarrillo, le hacia masajitos en los hombros, le preparaba el vermucito como le gustaba. El marido era como un cero a la izquierda, es más cuando servía la cena la porción mas chica era para él, y le escatimaba todo: entrada, potre, vino. Con la excusa de que había un invitado se vestía especialmente para la ocasión y bastante provocativa.
Conclusión: en una semana se solucionó el problema, sin una palabra, sin discutir, sin nada, pero el marido nunca mas lo trajo. Ahí aprendí que con astucia e inteligencia podemos conseguir en una semana lo que en años de pelea lograríamos jamás…..”